Las sospecha crece entre la población que ya no sabe si los doctores realmente son malos o no. No saben si es la ropa blanca, su olor a desinfectante, o sus esfuerzos para salvar vidas... pero algo en ellos parece ser preocupante.
Haciendo una investigación rápida, descubrí que un médico tiene que pasar por 4 años de universidad aprendiendo cosas como “fisiología”, “bioquímica”, “fisiopatología” y “farmacología”. ¿Por qué quieren saber tanto? ¿Por qué les interesa saber las dosis mortales de los medicamentos? Yo diría que eso sólo los hace más sospechosos. Después descubrí que al terminar con sus 4 años de clases los mandan a un “internado” en un hospital del estado a trabajar ¡sin paga! ¡doble turno! con pocos días de descanso durante todo un año en emergencias asistiendo en partos y siendo instruidos por otros doctores especialistas. Por si fuera poco al terminar y pasar las pruebas de su internado, los mandan un año obligatoriamente a hacer “servicio” en un lugar recóndito con poca paga en poblaciones pequeñas y muy necesitadas, para proveer servicios de salud gratis. Estoy muy segura que una persona que se someta a tal tortura mental para poder dedicarse toda su vida a mantener a las personas saludables no puede ser muy cuerda.
Terminaré aquí porque hay una categoría que me da aún más escalofríos, los médicos “especialistas” todavía se toman otros 5 años más de escuela, internado y servicio para poder ser expertos en temas específicos.
¿Cómo se atreven a querer mi bienestar y el de mi familia?
¿Cómo se les ocurre querer a su población saludable?
Hay personas que les pueden aplaudir o incluso recompensar por todo el esfuerzo y el sacrificio extraordinario que están haciendo, exponiéndose ellos mismo como médicos y a sus familias al peligro, para mantener a todas esas víctimas del COVID19 y a sus seres queridos con vida, sin embargo, creo que todavía es muy pronto para juzgar la situación.
No sé ustedes, pero yo me mantendré vigilante.
Sarcásita-Mente Hablando | #DesconectandoMentes
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